La cerámica es un fenómeno característico del arte maya y un excelente medio de estudio de su cultura en las diversas fases de su desarrollo; ella está representada en un sinnúmero de formas cubiertas de escritos en las vasijas de culto y en las estatuas de terracotas. En los Mayas raras veces se encuentran vasijas figurativas.


Las principales fuentes conocidas por nosotros para el estudio del arte expresivo maya son los cuadros en las vasijas y también los dibujos en los manuscritos jeroglíficos mayas. Uno de los elementos particulares del arte maya, es el hecho de que todos sus monumentos representan en sí, dibujos sobrepintados: en la cerámica, altares, estelas, esculturas, etc.


En un estudio de la cerámica policromada maya del I milenio de n.e., en que aparecen nuevos signos, símbolos jeroglíficos, también se observa que representa unos motivos como: el Gobernante sentado en el trono, rodeado de sus sirvientes (escena

del Palacio Real); dos muchachos con ropas adornadas, ambos se parecen (gemelos); jóvenes gobernantes, dioses en forma de murciélagos-vampiros, con símbolos de la muerte en las alas; escenas de sacrificios y juegos rituales con pelotas.

Los especialistas opinan que estas escenas sobre la cerámica del I milenio de n.e., reflejan sucesos de la vida real; por ejemplo: la adoración a algunos Gobernantes y nobles mayas, en las tumbas donde estaban estas vasijas. Esta cerámica tenía esa sola función, la de ser enterrada con los Gobernantes, nobles y sacerdotes, para la utilización de ella en el "otro mundo".

Según esta cerámica, existía un culto a los dioses héroes gemelos de que nos habla el Popol Vuh, ampliamente difundido por todo el territorio maya. Ellos estaban relacionados con e Reino Subterráneo, eran intermediario del mundo de los vivos con el de lo muertos. Esta historia es sólo uno de lo muchos mitos mayas.


La cerámica escrita maya nos presenta un nuevo rumbo en la investigación de la Filosofía Maya. Aparecen nuevas posibilidades de penetrar históricamente en los secretos de la cultura maya. Por ejemplo, esta cerámica poli-cromada escrita del I milenio de n.e., que era fúnebre por su función, no sólo refleja el tema mitológico, sino que tam-bién, temas terrenales, motivos laicos.

Vemos que la jerarquía de las divinidades y dioses, que están en tronos con atributos de poderes terrenales, no co-responde más que a una imagen sobre los ordenamientos socio-políticos de los antiguos mayas. Es decir, las escenas de esta cerámica son históricas y sociales por su contenido.